Etica Del Educador



PONENCIA


texto apoyo sobre la ponencia ETICA DEL EDUCADOR

Vale la pena ser maestro
Cuando me documentaba y específicamente me ubicaba en el documento vale la pena ser maestro, no podía evitar movilizar mi pensamiento hacia el papel que como maestra debo desempeñar ya que a mi corta edad me resulta increíble formar a las próximas generaciones que quizás tienen igual o diferentes convicciones a las mías por el avance social.
Inicialmente replanteaba el estigma arraigado a la imagen de la profesión docente como un estilo de vida regido por sacrificios donde  reflexiono sobre lo maravilloso que es el mundo de enseñar lógicamente los tiempos han cambiado y siempre encontraremos realidades culturales, sociales y económicas que generaran sentimiento de aflicción en nosotros, pero esa es la lucha del maestro; o también me imaginaba un contexto donde todo estuviera hecho y yo simplemente dirigiera los contenidos ; aunque es imposible negar que la época actual desvaloriza y desmotiva a la juventud a seguir este camino puesto que el respeto por nuestra labor es algo que cada día se desvanece, pero que importa si mañana nos encontramos con un chico problema que nos haga reevaluar nuestra perspectiva de formación, si al final este chico se llevara algo de nuestro accionar eso en mi opinión motiva más que un joven que no sea inquieto por su realidad y se convierta en nada más que en un ladrillo social que carga con una mega estructura encima sin mayor esencia que un pensamiento reprimido.
No quiere decir que seamos seres inmortales, por el contrario solemos ser aquellos a quienes inquietan las cosas mínimas de la vida, por esto ser maestro es de valiosos valientes ya que educar a los próximos personajes aportantes a la sociedad es un reto difícil de asumir, pero no un acto imposible ya que más que la academia nos debe importar la formación para la vida enmarcado en los valores, las costumbres, el respeto por la diferencia y el empeño de aprender de cada día algo nuevo.
Fernando Savater en su obra  “el valor de educar, menciona el gran compromiso inmerso en el valor de educar por lo que concluye que siempre hay que darle la importancia necesaria a todos y cada uno de los miembros que participan en el proceso.
Tenemos familia, tenemos vida, pero en cada instante está presente nuestra esencia de maestros y maestras desde la ilusión de formar y las experiencias que surgen con el cada día, por lo que es común que en cada conversación se dé a conocer una determinada situación a la que nos vemos enfrentados a fin de irradiar a los demás el verdadero amor que sentimos por enseñar.
No sé quién se inventó que ser maestro no vale la pena, o que ser maestro es igual a ganar poco, gastar mucho y al final no quedar con nada; está bien no nos ganamos un mega salario que sería lo ideal por ser los encargados de formar al mundo, sin embargo podemos vivir aunque; que es más gratificante, que garantizar la continuidad social, no tenemos muchas glorias ni reconocimientos, pero tampoco podemos llenarnos la boca diciendo que nuestra profesión es la más llena de penas jamás conocidas.
A la altura de mi proceso de formación he podido deducir mi propia respuesta a la pregunta ¿se nace con vocación, o esta se hace?; pues se hace ya que en mi vida este no era el camino que tenía planeado, sin embargo lo tome y jamás me arrepentiré de esta elección pues ahora no me veo en otro lugar que no sea enseñar  a aquellos que están y los que vienen en camino.
Cuatro principios del educador
Aunque no somos por llamarlo así cuerpo glorioso, no podemos librarnos de ciertas responsabilidades que nos competen fuertemente como lo es la de prepáranos como personas para asumir esta profesión y más aún cuando somos nosotros los encargados de formar por esta razón se debe hablar de una alta preparación pues eso es justamente lo que reclaman las personas para enfrentarse a la sociedad, además de que por lógica se debe tener un conocimiento necesario para educar ya que la preparación intelectual le da al hombre conocimiento sobre si y sobre su entorno y en nuestra condición de humanos debemos tener muy claro que así no queramos somos un referente para la sociedad por ello la moral adoptada por el educador e impartida a sus estudiantes debe ser coherente entre lo que dice y lo que hace.
Juarez, J y Moreno A (2000) expresan que”la educación e dinámica, con tendencia a nuevos procesos educativos cada cierto tiempo; por lo que adquiere diversos matices a partir de la realidad del momento, que hacen de ella un proceso renovado es decir, regenera su estructura interna cuyo fundamento son los valores.
Aunque muchos ejercen una profesión por accidente la magia de este medio esta en madurar con la experiencia y adoptar el amor por lo que se es y lo que se hace de acuerdo con nuestra realidad pues es en los momento difíciles donde se hace necesario la presencia del amor, la persistencia por sobrellevar los obstáculos aferrándonos a la profesión elegida.
Por esto nuestros estudiantes no deben ser desconocidos ya que con ellos es con quienes pasamos la mayoría del tiempo además debe será una capacidad del educador observar y valorar cada una de las diferencias que tiene los estudiantes pues es eso lo que hace que cada uno aprenda de diferente forma además de ser nuestra razón de existir.
Y así alguna vez hemos escuchado “con la vara que midas serás medido” eso exactamente aplica para nosotros ya que si hay algo que dirige nuestro accionar es que nuestra actitud repercute en la relaciones que entablemos puesto que según nuestra conducta delimita la exigencia que debemos reclamar
Por esto no se debe enseñar desligado a las necesidades de formación significativa que reclaman los estudiantes pues la sociedad necesita seres aportantes integralmente desde una educación humanística y no personas a quien sobrellevarle las penas.
Congreso: la ética del educador
Por esta razón la educación no debe ser descontextualizada pues la escuela es el segundo espacio de socialización y formación y lo aprendido allí se instaura en el desempeño de cada persona para ello se debe mirar desde una perspectiva de desarrollo y de formación ciudadana por lo que esto facilitaría el mejoramiento de la calidad de vida y aunque varios países tienen perspectivas elevadas pero no destinen su mirada más allá de lo económico es una necesidad mundial formar a las personas integralmente y posesionar al educador como un pilar social y de moral pues en tanto cambia la sociedad en su conjunto también cambian los sujetos.
Erich Fromm “la educación consiste en ayudar al niño a llevar a la realidad lo mejor de sí”
Virtudes franciscanas
Copperman “la educación es una acción producida según las exigencias de la sociedad, inspiradora y modelo, con el propósito de formar a individuos de acuerdo con su ideal del hombre en si”
En nuestra realidad normalista se hace necesario formar en virtudes y principios de nuestro patrono san francisco de asís, como referente de amor, entrega, devoción, alegría entre otras ya que nosotros como maestros y maestras jóvenes damos pasos para que la educación sea verdaderamente formativa desde la integralidad.


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